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Sophia Nil

Sobre lecturas

Este fin de semana he leído el Diario de lecturas de Manguel y ayer por la noche vi en la televisión la entrevista de Sánchez Dragó a Alfonso Guerra en Negro sobre Blanco. El cúmulo de lecturas y erudición de Manguel es abrumador. Alfonso Guerra, censé être un grand lecteur hizo un comentario sobre los supuestos once mil libros que ha leído. Hizo un cálculo de lo que puede leer una persona. Yo lo voy a rehacer aquí con mis números.

La vida lectora de una persona puede ser de 50 años, o sea 50 ´ 12 ´ 30 = 18.000 días. Supongamos que leemos un libro cada 6 días, El total de libro leídos sería de 3000. Leyendo un libro cada diez días serían 1800. ¡Pero a ver quién se lee La Cartuja de Parma, las Memorias de Ultratumba o Guerra y Paz en diez días!. Hay libros que se pueden leer en un día o dos: una novelita de Handke, unos cuentos de Borges, o un relato policiaco de Simenon. Pero es más habitual necesitar una semana por libro, lo que hace que 2000 libros sea una cantidad más ajustada para un lector compulsivo.

Y no es lo mismo la forma de leer de un profesional como Manguel que la de los lectores mortales. Pongamos mi caso. Este año, como estaba estudiando francés tomé la decisión de leer sólo en francés y apuntar lo que leía. Naturalmente no pude evitar leer cosas en español (acabo de decir que este fin de semana he leído la obrita de Manuel que es una traducción al español de un original inglés, y la semana pasada leí la Apología de Sócrates también en español, motivado por haber leído Bartleby y compañía - sobre la literatura no escrita - de Vila Matas, motivado por haber leído París no se acaba nunca en el viaje a París) y tal vez no hay apuntado algún libro en francés de los que he leído. Por otra parte he dedicado una parte de mi tiempo a leer, digamos, “paraliteratura”: periódicos, artículos de revistas, ... para tener contacto con la expresión francesa actual. Pues bien la cantidad de libros en francés que he leído no llega a la veintena. Y son libros más bien pequeños, de unas 200 o 300 páginas (Plateforme, La fée carabine, ...) y algunos bastante menos (René, La maladie de la mort, ...) Es cierto que al leer en francés leo mucho más despacio que en español. También es cierto que algunos veranos -pocos- he leído unos 20 ó 30 libros al mes.

Se impone también una reflexión sobre la cantidad de libros que “hay que leer”. Hay unos incourtournables. Y hay que leer un poco de exploración. Y hay que releer a esos que hay que releer, bien porque son los míos, o bien porque son los clásicos en los que tengo que descubrir qué es lo que ocultan. ¿Cuántos libros hay en esta lista? ¿200, 500?

Y otra reflexión sobre lo leído y su memoria. Pienso, por ejemplo en Beckett, que leí hace unos 25 años que hace mucho que no releo. O en los Hammett, Chandler, etc, que he leído varias veces y no sabría ni siquiera repetir los títulos. Por cierto he estado buscando El maestro del Juicio Final, de Leo Perutz, citado por Manguel como una de sus novelas policíacas preferidas y que yo tenía en una edición de las Selecciones del Séptimo Círculo de Alianza que compré hace mil años baratita de oferta y que he leído tres o cuatro veces y querría volver a leer ahora que la autoridad competente ha sancionado como interesante. Pues bien ha desaparecido. No se si la tiene alguien, fue del lote del robo de las maletas del año pasado, o ha sido condenada a la inmolación por Farenheit.

Acabo con una de las sensaciones que más me preocupan ahora. El cansancio de la vista cuando leo por la noche y la dificultad para el enfoque de la página, incluso de día. Cuando el mal del cuerpo físico se añade a las dificultades y contradicciones morales y sociales la cosa se convierte en un verdadero coñazo.

Nota: las palabras “incourtournables” y “coñazo” no han sido aceptadas por el corrector ortográfico de Word. Además ”incourtournable” no aparece en el Robert.
Sobre lecturas

1 comentario

Anónimo -

Hola Nilsophia:
Me causó gracia ver tu bitácora, porque es muy similar a la mía (no por el contenido sino por el diseño de la página). Vení a verme si querés y tenés tiempo: buscá a Galadriel. Chau.